jueves, 6 de diciembre de 2012

Visita inesperada.

Esta tarde hemos recibido una sorpresa muy bonita en casa.

Yo estaba tranquilamente en el ordenador mientras que mi tía Antonia estaba tumbada en el sofá dando una cabezada. Para ella echarse una siesta de dos horas y media es echarse una cabezada... pero vale.
He recibido una llamada al móvil de un número que no tenía guardado en la agenda y me he dado cuenta que eran unos amigos del pueblo de mi tía y de mi madre. Estaban en el portal de casa. Así que les he abierto sin decirle a mi tía Antonia quiénes eran.

Cuando les ha visto entrar en casa, se ha llevado una sorpresa tremenda. Se ha emocionado al verles en Madrid y han recordado anécdotas de cuando eran jóvenes. (Algún día le digo que os las cuente en un vídeo).

Aquí tenéis el momento de la despedida. Podéis ver los ojos rojos de mi tía de tanto llorar.


                                        

1 comentario:

  1. Tu tía Antonia es de las mias, las siestas de 2 o 3 horas, si no eso no es siesta, jajaja.

    Recordar con los viejos amigos, los tiempos de juventud, que bonito, además se acuerdan como si fuera ayer, que memoria!!, para mi la quisiera!
    Besotes!

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